Educando a los hijos: Por qué los bebés deben dormir la siesta ‎

noviembre 04, 2011

Por qué los bebés deben dormir la siesta ‎


En las últimas décadas investigaciones científicas han revelado la incidencia de las siestas en los adultos en los niveles de productividad y las consecuencias positivas que conllevan para la salud. Recientemente se ha descubierto que también ayudan a mejorar los niveles de aprendizaje en los bebés.

Las conclusiones, que se desprenden de un estudio médico realizado en Estados Unidos, indican que las siestas en los infantes les ofrece la posibilidad de concretar varias funciones relacionadas al conocimiento, tales como comprender palabras, conceptos nuevos e identificar lo importante dejando a un lado lo secundario.

Los expertos aseguran que la siesta en los niños es imprescindible, ya que el sueño es tan importante como su alimentación. En el caso de los bebés, cuando realizan el descanso durante el día, a parte de reponer energía, desarrollan otras capacidades que pueden fortalecer su desarrollo mental.

A fin de lograr que la siesta se transforme en un hábito saludable para los pequeños, es necesario observar de manera previa los ritmos de sueño en cada caso particular. Demasiada quietud, inapetencia por el juego, bostezos, frotamiento de ojos, son señales seguras de que el bebé necesita descansar.

Es importante poder ofrecerles un entorno adecuado, con comodidades, que posea una temperatura agradable y que sea un espacio libre de ruidos molestos, a fin de evitar que una vez que haya conciliado el sueño este no se vea interrumpido.

La cantidad de horas de descanso diurno variara según cada bebé, de acuerdo a la edad y las etapas del desarrollo que esté atravesando.

Algunos pueden dormir durante un par de horas y continuar en estado de vigilia el resto de día, mientras que otros descansaran en dos o tres oportunidades en lapsos más breves.

El estudio realizado porla Universidadde Arizona, puso de manifiesto el mecanismo por el cual el cerebro de los pequeños retiene y procesa la nueva información. El informe demostró que si los niños no duermen entre cuatro y ocho horas luego de aprender algo, pierden ese conocimiento y su cerebro no puede procesarlo.

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