Educando a los hijos: Incentiva a tu hijo para que estudiar le parezca divertido

noviembre 11, 2011

Incentiva a tu hijo para que estudiar le parezca divertido


Nada les interesa, nada les gusta y a nada aspiran. La desmotivación es uno de los principales problemas con los que se enfrentan los profesores a la hora de enseñar a los niños y niñas de hoy. Los educadores asisten cada curso escolar a un mal que va en aumento. Promovido por la sociedad temporal del aquí y el ahora, los pequeños no encuentran aliciente alguno a la hora de estudiar y muchas veces en el colegio no saben cómo terminar con esta situación. Además, la lista interminable de deberes diarios no ayuda al agotamiento físico e intelectual de los menores. Aún así, te demostramos que es posible que tu hijo se concentre más, aproveche el tiempo e, incluso, le guste aprender. Porque el trabajo para estimular su motivación no depende sólo del colegio, el que realicéis en casa es imprescindible para obtener unos buenos resultados.

Ayuda a tu hijo a mejorar sus hábitos de estudio

Después de ocho horas de clases y, si tiene, de otras tantas de actividades extraescolares, tu hijo está cansado y lo último que le apetece es hacer interminables hojas de ejercicios de todas las materias posibles. Dejando a un lado su conveniencia o no, lo cierto es que es una realidad que no podéis obviar y a la que tenéis que dedicarle todo vuestro esfuerzo.
-Lo primero, debéis ser comprensivos con su situación. En ningún caso empleéis las horas de estudio como un castigo, lo único que conseguiréis es que pierda el interés y se sienta amenazado.

-Dentro de vuestra disponibilidad, procurad dedicarle tiempo para acompañarle, sobre todo al principio, y en el caso que proceda, aclararle algunas dudas. Eso sí, nunca hagáis los deberes por ellos: aumentaréis su pasotismo y disminuiréis su afán de superación.

-Divide su tiempo y su trabajo. Por materias y temas, la organización es fundamental.

-Asígnale una hora determinada cada día, establece descansos cada cierto tiempo y un sitio de estudio fijo con un ambiente adecuado (sobre todo, de luz y silencio), de este modo instaurarás una rutina que le ayudará a consolidar sus hábitos.

-Observa a tu hijo, no sobrecargues su día con actividades extraescolares. Aunque creas que sean beneficiosas para él, si te pide una tregua concédesela.

-Inculca a tu pequeño los valores del esfuerzo. Deben saber que estudian para conseguir un objetivo y que, aunque el camino sea duro, la recompensa merece la pena.

-Ejercita su capacidad de memorizar pero, sobre todo, de razonar. Explícale que será más fácil si entiende lo que estudia y no lo hace de memoria.

-Sólo en ocasiones puntuales, premia su comportamiento. En ningún caso les hagas creer que si estudian conseguirán todo lo que quieren. Al fin y al cabo, su formación es, ahora, una de sus pocas obligaciones.

-Juega. Al realizar un seguimiento de lo que están estudiando, podréis realizar actividades que le inviten a superarse y a demostrar lo que ha aprendido (existen multitud de juegos educativos que puedes comprar según la materia: matemáticas, conocimiento del medio, lengua...)

-Hábitos saludables. La alimentación adecuada, el sueño necesario y la higiene correcta son tres básicos sin los cuales el niño no tendrá la misma facilidad para concentrarse. Por eso, debéis ser estrictos para que todos ellos se realicen de un modo óptimo cada día.

-El colegio es divertido. Después de terminar los deberes, de una larga ducha y un feliz sueño, volverá al colegio. Anímale recordándole lo más positivo que se encontrará allí: sus amigos, el recreo, ese profesor que le divierte tanto o la asignatura que más le gusta. Si despierta feliz, entrará en su clase dispuesto a aprender y a disfrutar con lo aprendido.

fuente parasaber

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